La palabra complejidad viene del latín plexus que significa entretejido; por otro lado, hay
muchas formas para definir un sistema, en este sentido los sistemas son elementos y
procesos que interactúan de manera local y que a su vez generan una dinámica global. Con
base en el significado etimológico de la palabra “complejidad” se puede entender a los
sistemas complejos (SC) como un entramado; son sistemas que están compuestos por un
determinado número de componentes con distinto grado de interrelación, donde la
evolución de cada componente depende de su interacción con el entorno, a su vez, se
generan correlaciones de corto y largo alcance las cuales producen un comportamiento
global. Los SC se distinguen de otros sistemas porque son el resultado de una dinámica no-
lineal que casi siempre tiene dos partes: a) una dinámica local, la cual modifica el estado de
los componentes como resultado de su interacción con los vecinos y; b) una dinámica
global, la cual está condicionada por las restricciones que pesan sobre el sistema y que
provienen de la interacción de éste con el entorno.
Al abordar fenómenos de distinta índole, los componentes de los SC pueden ser modelados
como objetos, como partículas, personas, autos, empresas, consumidores, productores, etc.;
así como los procesos que existen entre ellos. Algunas propiedades generales de los SC
para explicar y entender su funcionamiento son: i) Predictibilidad a corto plazo; ii)
Irreductibilidad; iii) Frustración; iv) Ruptura de simetría; v) Auto-organización; vi)
Propiedades emergentes; vii) Criticalidad autoorganizada; y viii) Geometría fractal.